miércoles, 4 de julio de 2007

El descorazonador compasivo

Para los que visitan el blog por primera vez, les advertimos de su contenido, el cual se encuentra explícitamente detallado a la derecha del mismo.
Ahora y con el afán de persuadirlos a que visiten nuestras paginas regularmente.
Les ofrecemos la primera parte de nuestra obra mas reciente.
Esperamos encantar sus sentidos y claro, también sus comentarios
Agradecemos su visita
La historia se titula:


El descorazonador compasivo
(Un viaje sin retorno al interior de la mente humana)


Las pesadas compañías (Primera parte)



Las gotas frías del refrigerador amenazaban con mostrar el contenido que yacía guardado para nosotros.


Seria favorable observar dentro de la pequeña ranura para disimular ante las personas presentes el poderío de la gran visión.


Posturas fingidas, extremadamente obligadas, las cuales consiguen presentar una imagen fina y por mucho hipócrita.


Podemos decir a los vientos “damas y caballeros” pero ha sido muy trillada en el pasado con los espectáculos lucrativos del lado oscuro de la carpa.


Pero imaginemos por un minuto la macabra idea que fluía ante tan depravada escena, logremos con esto extirpar de cada uno los horrores encarnados en nuestra alma y nuestra piel…
Cuando por fin me arme de valor me acerque a aquel aparato refrigerante, dispuesto a mostrar aquello que contenía, las imágenes de despreciables desperfectos pasaban por mi mente haciéndome cobarde, pero en el ultimo instante logre vencer mis propios miedos.



Unas miradas interrogantes hacían de mi nerviosismo una gran mancha llamativa, veían en mi la negativa a decirles aquello que me perturbaba, que estaba a punto de fastidiarme; pero fui mas fuerte que las inclemencias, mas que nada.



Sentí aquel frió como si se tratara de un cruel invierno y como consecuencia caí en un estado demencial en donde solo estaba junto a aquella masa sanguinolenta, por fin había descubierto aquella mercancía de espanto, una manda; un encargo; un favor quizás a Satanás y del cual no habían recibido recompensa alguna.



Una mano pesada y helada cayó sobre mi cabeza apoyándose con fuerza y exclamando quizás de entre sus cavernosas arterias con una voz que me pareció al de mismo diablo…”Junta las cabezas, junta los corazones y después recibirás las gratas recompensas, las delicias de la carnalidad”



Un golpe contundente me hizo despertar del trance en el que me encontraba envuelto, unas risas burlonas sonrojaban mi rostro y creí que se trataba de un ridículo mas a mi lista de cosas entupidas.


La gente a mi alrededor parecía que se sentia unida al ridiculizarme, al mofarse de mis niñerías y al mismo tiempo finalizaba con desintegrar aquella falsa unión por atacarme, para volver a sus mundos, completamente separados de cada uno.


Era el momento correcto para emprender la huida y largarme de aquella mala experiencia con la gente que finge felicidad. Huí del lugar intentando refugiarme en los brazos de la noche, que me recibía abriendo sus grandes fauces para mí.


Continuara...



Pronto...La casa de los demonios (El descorazonador compasivo segunda parte)

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